domingo, 2 de mayo de 2010

La Gestión Integral de Riesgo de Desastres: el Caso de los Terremotos

Los desastres han sido, y continúan siendo, nefastos protagonistas en un mundo de amenazas constantes en el que somos corresponsables de ellas y de nuestras propias debilidades o vulnerabilidad. Por tal razón se plantea resolver como tarea prioritaria e indefectible, disminuir las probabilidades de que ocurran potenciales desastres y minimizar sus posibles consecuencias en búsqueda de una vida más segura, una mejor convivencia y un desarrollo sostenible hacia un futuro mejor. Estos son algunos de los motivos y objetivos del conjunto de planes y acciones que forman parte de la Gestión Integral del Riesgo de Desastre (GIRD).
El riesgo se puede entender como la cuantificación de las consecuencias causadas por la ocurrencia de una amenaza sobre un elemento vulnerable expuesto a ella. Por tanto, la amenaza es un factor externo que puede ser de origen socio-natural (sismos, lluvias, inundaciones, deslaves, huracanes, tsunamis, etc.) o tecnológico, producto de la intervención del hombre (explosiones e incendios debidos a actividades del hombre, accidentes en sistemas de transporte masivo, etc.); por otro lado, la vulnerabilidad es una característica intrínseca de los elementos expuestos, una debilidad o predisposición a ser afectados. En una definición más rigurosa, el riesgo es una evaluación probabilística (representa una convolución entre la amenaza y la vulnerabilidad).

La GIRD es un enfoque integral de administración para la formulación de planes y ejecución de acciones antes, durante y después de la ocurrencia de un desastre, orientados a reducir o mitigar sus efectos. En una visión más general, la GIRD enmarca las fases de prevención, mitigación, preparación, respuesta, rehabilitación y reconstrucción.



En el caso de los terremotos, la amenaza sísmica depende de la capacidad de generar sismos de las fallas geológicas activas presentes en una determinada región; la vulnerabilidad sísmica representa las debilidades sismorresistentes de las estructuras (edificaciones, puentes, represas, etc.), o vulnerabilidad estructural y de las líneas vitales (sistemas de agua potable, energía, telecomunicaciones y transporte). También puede definirse la vulnerabilidad funcional (asociada a pérdida de la funcionalidad, en especial en edificios esenciales: hospitales, estaciones de bomberos, edificios gubernamentales, escuelas, líneas vitales y otros) y la vulnerabilidad social, referente a la capacidad de respuesta de la comunidad ante el desastre y de la atención por parte del Estado.Para comprender mejor la importancia de lo que representa la GIRD, es necesario estudiar sus partes o fases. Para el caso de los terremotos, la GIRD de desastres conlleva en sus fases los siguientes planes y acciones:

Prevención: representa un conjunto de actividades y políticas que se hacen anticipadamente, destinadas a conocer los posibles daños y perjuicios que pueden causar los terremotos en una zona determinada con la finalidad de evitarlos.

Mitigación: son las acciones orientadas a reducir el impacto social y económico de los terremotos, reduciendo la vulnerabilidad estructural, funcional y social, mediante reforzamientos de estructuras y capacitación de la población a través de la facilitación de información.

Preparación: son planes y acciones orientados a reducir las pérdidas humanas (heridos y muertos) mediante la organización eficaz en la preparación de las comunidades en el conocimiento de qué hacer antes, durante y después de un sismo, la planificación de la respuesta a la emergencia sísmica o desastre, y en rehabilitación a corto plazo de los servicios básicos, así como el inicio de la reparación del daño estructural, social y económico.

Respuesta o atención: son un conjunto de acciones previamente planificadas y practicadas en la etapa de preparación, correspondientes a la reacción inmediata de la comunidad y a la atención oportuna de la población en una emergencia o desastre debido a un terremoto.

Rehabilitación: esta fase se inicia con la evaluación de daños debidos al terremoto (post-sísmica) y la toma de decisiones, por expertos, sobre la seguridad y habitabilidad de las estructuras prioritarias. Continúa con la puesta en marcha de todos los planes y acciones a corto plazo para la reactivación de los servicios básicos (líneas vitales) e instalaciones esenciales, y posteriormente con el inicio de la reparación del daño estructural, social y económico como consecuencia de un terremoto.

Reconstrucción: es el proceso de reparación y reposición, a mediano y largo plazo, de las condiciones perdidas como consecuencia del daño estructural, social y económico, alcanzando un nivel de desarrollo que asegure su sustentabilidad. Para llevar a cabo esta fase en la GIRD es necesario contar con la disponibilidad de recursos económicos que permitan el desarrollo de la reconstrucción. Pudiendo ser una de las mejores herramientas la constitución de un fondo, que estaría dentro de la fase de preparación, así como la reglamentación de donaciones y ayuda humanitaria, entre otros.
Todas estas fases son parte de la GIRD aplicadas al caso de terremotos. Lamentablemente en muchos países con moderada y alta amenaza sísmica este enfoque de gestión por múltiples razones ha sido poco abordado. En manos de cada uno de nosotros esta contribuir a que este enfoque de gestión en algún momento se convierta en una realidad concreta que nos ayude a disminuir los efectos de un futuro desastre debido a un terremoto.

Ing. Gustavo Coronel D.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Ingeniería Estructural e Ingeniería Sismorresistente: Competencias y Responsabilidades


La Ingeniería Estructural y la Ingeniería Sismorresistente son dos áreas de la Ingeniería Civil (la cual comprende: estructura, vialidad, hidráulica, sanitaria y otras), usualmente estudiadas mediante cursos de postgrado, orientadas al análisis, diseño, construcción, inspección, evaluación y rehabilitación de estructuras, en su concepto más general, buscando lograr que cumplan con los objetivos necesarios de seguridad, durabilidad y funcionalidad demandados por condiciones socio-naturales y tecnológicas, entre otras. Adicionalmente busca alcanzar los objetivos mencionados a través de diseños óptimos que permitan un uso eficiente de los materiales y garantizar la factibilidad económica de su desarrollo.

La ingeniería estructural esta fundamentada en los principios de la mecánica de sólidos y/o resistencia de materiales, las cuales a su vez se fundamentan en la teoría de la elasticidad. Estos principios fueron empleados para el cálculo de edificios y puentes hace más de un siglo. Tras el desarrollo de los computadores y paralelamente de métodos numéricos, como el conocido método de los elementos finitos, esta rama de la ingeniería asumió el reto de resolver diversos problemas de la aeronáutica, la naval y la industria en general. Es así como hoy en día el concepto mas general de la ingeniería estructural, le atribuye la potestad para resolver, además de edificios y puentes, problemas complejos de diseño que demanda la sociedad actual (túneles, embalses, presas e instalaciones hidráulicas, torres eléctricas y de comunicaciones, tanques y embalses de almacenamiento, instalaciones petroleras, instalaciones industriales, entre otras.)

Por otro lado la ingeniería sismorresistente denominada en algunas regiones como ingeniería antisísmica, es una especialidad mas reciente, se ha desarrollado debido a la necesidad latente de los ingenieros estructurales de lograr diseñar estructuras capaces de resistir las fuerzas de los sismos y minorar los efectos y las consecuencias que sobre las estructuras habían dejado en muchas partes del mundo importantes terremotos. En esta especialidad el centro de atención ha estado en el estudio del comportamiento de las estructuras ante la ocurrencia de terremotos y el desarrollo y aplicación de métodos y criterios de análisis y diseño que permitan garantizar la necesaria confiabilidad de las estructura ante la amenaza de sismos.

Adicionalmente tiene una tarea dejada por la deuda que el avance del conocimiento y la tecnología en esta área vienen dejando tras los años, como es el estudio de la vulnerabilidad sísmica de las estructuras diseñadas con normas antiguas, la evaluación de escenarios de posibles daños, pérdidas y riesgo sísmico, y el desarrollo de planes de prevención, mitigación de riesgo y atención de emergencias. En algunos países esta actividad es denominada ingeniería sísmica, a mi criterio y quizás para el argot venezolano, esta especialidad se encarga del estudio del fenómeno sísmico (amenaza sísmica) y su transformación a parámetros y métodos para el posterior análisis sísmico de las estructuras, sirviendo de enlace o puente entre la sismología (rama de la geofísica) y la ingeniaría estructural y sismorresistente.

Todo lo anterior son competencias de estas especialidades, las fronteras entre una u otra parece y debería, a mi pensar, no existir en muchos casos en la práctica; es difícil imaginar como en países con zonas de alta o moderada amenaza sísmicas como: Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, entre otros, se puede formar un ingeniero estructural, para dedicarse al desarrollo de proyectos de edificios, puentes y otros, sin la formación del criterio sismorresistente necesario.
Para finalizar este escrito dejo a la discusión la necesidad de estimular la crítica constructiva y la auto-crítica sobre el alcance y las limitaciones en la formación de quienes nos dedicamos al diseño de estructuras en estos países y la responsabilidades que nuestra profesión y trabajo debe asumir día a día para evitar futuros desastres debidos a terremotos, similares a los vividos por la sociedad haitiana y chilena recientemente.
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Ing. Gustavo Coronel D.
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